Análisis Pokémon Ranger: Trazos de Luz

La falta de habla del protagonista se suple en gran medida con algún acompañante esporádico que comenta lo sucedido a lo largo del juego, y los "Pichu chuuuu" de nuestro amigo guitarrista con un ritmo totalmente acertado.

Tras conocer a Pichu nos veremos envueltos en una trama, que aun siendo poco adulta, es lo suficientemente compleja para mantenernos atentos a ella a lo largo de la aventura y darnos un par de sorpresas por el camino. Destacar que algunas de las historias narradas en el argumento y en misiones especiales, tienen un alto parecido con las películas del anime.

Un ejemplo es la película "Arceus y la Joya de la Vida", donde Arceus está enfurecido con los humanos por un ataque recibido en tiempos lejanos, mientras que en el videojuego este argumento se replica con cambios de situación y protagonistas.

En resumen, la base argumental de la que goza el juego resulta más divertida que las anteriores entregas, e incluso más interesante y diferente que las historias contadas en Rubi y Zafiro o Diamante y Perla.

Gráficos:

El punto más delicado del juego sin lugar a dudas. Podemos tomarnos el apartado gráfico de un juego de varias maneras posibles: o destacando lo mejor y viendo su lado positivo, o pensando en el "se podría hacer algo mejor" y en el "se necesita un cambio".

El juego no cuenta con ninguna cinemática que destaque del resto, ya que desde el comienzo hasta el final, las "intros" están generadas en su totalidad por el motor del juego, mostrando en algunas ocasiones minivideos con un apartado gráfico pobre y poco espectacular (a pesar de que la historia que se cuente en ella sea emocionante).

Si nos fijamos en el aspecto gráfico general, vemos que sigue la estela de los anteriores Pokémon Ranger, eso sí, con una estética bastante más alegre, colorida y dinámica. No se si es una carga o un triunfo que el juego esté diseñado íntegramente con sprites, pues no veremos ni un solo modelado tridimensional (quizá alguno).

Aun así, como hemos dicho anteriormente, la elección de la región es todo un éxito, con un aspecto atractivo, natural y cálido como son unas islas meridionales. El equipo de desarrollo ha trabajado para conseguir una ambientación que, con los medios que se utilizan, está muy conseguida, metiéndonos de lleno en las junglas, ruinas o ciudades. El diseño artístico de éstos escenarios podría ser mejor, siendo las tres grandes ciudades, Cocona, Villagonal y Aquarretiro, las más agraciadas.

En cuanto a los personajes principales humanos, vemos unos diseños de los protagonistas Verán y Brisa un poco más adultos y con más personalidad que los vistos en "Sombras de Almia", cosa que se agradece. Quizá sean un poco más irrealistas pero funcionan mejor.

Los personajes secundarios cuentan con un diseño personal, diferente y característico, algo de lo que también carecían en la anterior entrega. A pesar de ello se caen en ciertos cliches como el de Buck, el típico abuelo carpintero con años de experiencia que vive cerca de la playa en una pequeña isla. Por otro lado se reinventan los compañeros típicos con Panema, hija del Ranger Rodel, que fácilmente puede crear su propio reactor nuclear en cuestión de horas.

Los villanos del juego tienen un aspecto más clásico, uniforme verde y todos iguales, diferenciando entre soldado masculino o femenino. Sus jefes tienen un diseño más elaborado, con Blue y Red Eye como los "buenos-malvados", Purple Eye como el "malvado-muy malvado" y los demás caracterizados de una manera muy personal.

Pero los verdaderos protagonistas del juego son los pokémon. Como no podía ser de otra manera, cada uno tendrá su propio sprite móvil y la propia representación de sus ataques. Mientras recorremos la región de Oblivia, veremos pokémon predeterminados moviéndose por el escenario y mostrando distintas emociones, desde tranquilidad a furia o miedo (esto se representa mediante gestos clásicos).

En combate todo cambia: se nos presenta un campo rectangular sin obstáculos por donde anda el pokémon líbremente. Los ataques están todos representados con formas adaptadas al campo de batalla de Pokémon Ranger, sin muchas distinciones con anteriores entregas.

A pesar de las luces y sombras del apartado gráfico, nos queda un sabor agridulce tras verlo por completo, con la sensación de la necesidad de renovación.