Análisis Pokémon Mundo Misterioso: Portales al Infinito

El ataque no es muy efectivo

Si algo ha caracterizado a la saga ‘Mundo Misterioso’ es su jugabilidad rápida, directa y característica. Con esta entrega se da un paso atrás... o dos.

La cámara excesivamente cercana reduce nuestro campo de visión.

Pasamos de poder jugar a mucha velocidad a tener que seguir los pasos que nos marca el juego. Los gráficos mejoran, pero también se acerca mucho la cámara a los pokémon y eso hace que el rango de visión baje y mucho. Esto se traduce en menor libertad de movimiento, menor capacidad para hacer estrategias y, en conclusión, menor diversión. Más allá de que esto pueda ser un error o un acierto, decepciona la imposibilidad de aumentar o disminuir este zoom, solo dejando un par de espacios más a nuestra vista para observar lo que tenemos delante. Resulta incluso agobiante el no ver dónde está la salida en una misma sala y tener que dejarse guiar por los mapas de la pantalla inferior, parecidos a los de las versiones del juego de Nintendo DS y cuyo sistema gráfico nos da mucha más información de la que vemos en la pantalla superior, por muy bonito que sea.

Y es que por muy bonito que sea el juego y por bien que le queden los gráficos tridimensionales, jugablemente no cumple para nada nuestras expectativas, siendo bastante, pero bastante peor que los juegos para Nintendo DS. 

Las misiones en mazmorras son un tanto caóticas. El sistema es lento, el excesivo zoom de la cámara lo hace lioso y la creación de estrategias propias para atacar a otros pokémon se hace prácticamente inviable al verlos cuando los tenemos ya encima.

El aspecto visual abusa de los tonos pastel.

Por otro lado la dificultad en algunos puntos del juego es lo suficientemente alta para que suponga un reto, siendo en el resto de los casos bastante facilón. Aunque esto no es malo, ya que no pretende ser un reto jugable si no más bien divertido de utilizar y vivir.

Tenemos dos tipos de juego, y es que tras el duro sistema de las misiones, la vida en la villa es mucho más apacible y amigable. En todo caso nos moveremos con el stick de control o la cruceta de forma suave, rápida y agradable. La elección de ataques se realizará con una combinación del gatillo L y alguno de los otros botones, que también tendrán funciones de acceso directo si se pulsan solitariamente. 

Esos accesos directos llevarán a distintas funciones a las que podemos acceder a través de la pantalla táctil. Tendremos una bolsa de objetos donde guardar todo lo que encontremos, un selector de tácticas para semicontrolar la IA de nuestros amigos... todo bastante completo.

Ahora que lo hemso comentado, uno de los problemas más graves viene de la propia IA compañera del juego, que es capaz de perderse incluso estando a su lado, y ya sabéis de sobra la frase de “divide y vencerás”. Si nos separamos de nuestros amigos, tendremos muchas más posibilidades de ser vencidos.