Creepypastas Pokémon (VII)

Reportaje

Entrenador de tipo Fantasma

Página 2

02/02/2014 12:00
Paginas Planas Pokémaster

Mientras me dirijo a la Torre Pokémon me pregunto qué Fantasma capturaré. Me gustaría que fuera un Gengar, pero soy un entrenador novato y no creo ser capaz de hacerlo. Quizás un Gastly…

Entro en la Torre. En el primer piso hay mucha gente que llora a sus Pokémon, pero nadie parece atreverse a subir más. Me dirijo a las escaleras, tomo aire, sostengo con fuerza la Pokéball de Meowth que me he traído de mi casa, y subo… Grave error, el peor de mi vida. En el siguiente piso hay tumbas y algunos entrenadores valientes, que igual que yo, buscan Fantasmas.

Atravieso la habitación. Me tiemblan las piernas y solo puedo pensar en salir de ahí, pero estoy decidido, no me rendiré.

El tercer piso está vacío, solo hay tumbas y algunos huesos tirados. Un olor nauseabundo me golpea la nariz, huele a muerto y a putrefacción. En el suelo está el cadáver de un Marowak hembra en descomposición. Su cuerpo está casi totalmente descompuesto, parece llevar varios días allí. Pero lo peor es su cabeza, la tiene abierta y se ven los sesos.

Tengo miedo. Quiero salir de aquí. Creo que los Marowak mueren al dar a luz y que sus hijos toman su cráneo para usarlo como protección. Tengo que continuar, no puedo irme con las manos vacías.

Sigo caminando. Hay mucha niebla y cada vez se ve peor. Esta niebla no es normal, estoy en un espacio cerrado, y de todos modos nunca hay niebla en esta época del año. Debo estar acercándome al Pokémon Fantasma que tanto ansío capturar.

Camino un poco más, pero oigo un sonido, un chillido horrible que más bien parece un lamento. Quiero correr, pero las piernas no me responden. El chillido se acerca cada vez más por mi derecha y de repente se detiene. Me da miedo girarme, pero tengo que hacerlo. Menos mal, no es más que un Cubone. Claro, debe estar lamentándose por la muerte de su madre…

El Cubone me mira, tiene los ojos rojos como si acabara de llorar, y su espectral figura da una sensación de tristeza y odio a la vida. Me da la sensación de que la única razón por la que no acaba con su propia vida es para no hacer vano el sacrificio de su madre.

Me alejo de la criatura con una mezcla de lástima y miedo, cada vez me siento menos seguro.

El cuarto piso está completamente vacío, y la niebla ya es tan espesa que no se ve nada, tengo que caminar lentamente para evitar tropezarme con alguna tumba. Hace mucho frío. Tengo mucho miedo, quiero irme de aquí, pero no puedo moverme.

Una sombra aparece entre la niebla con una mirada diabólica. No parece ningún Gengar, tampoco un Haunter, y mucho menos un Gastly, solo es una sombra, un fantasma, un espectro.

Tengo miedo, creo que me he encontrado con un fantasma de verdad. Echo a correr, pero un segundo después recuerdo que los Pokémon Fantasma pueden crear ilusiones para asustar a los incautos que entrar a su territorio.

Estoy seguro, lo que hay frente a mí, es un Pokémon Fantasma. No sé si es un Gastly, un Haunter o un Gengar, pero lo capturaré.

Tomo la Pokéball y envío a Meowth. Al ver al fantasma, Meowth eriza su pelo y me mira aterrado.

“¡Usa Día de Pago!”Meowth no me hace caso, está demasiado aterrorizado para reaccionar.

Haga lo que haga, Meowth no hace más que temblar. El fantasma me grita con una aterradora voz, “¡Lárgate!”

“Muy bien, Meowth, si no vas a luchar, lo haré yo mismo.”

No tengo otra opción. Me lanzo contra el fantasma.

Oh no… no debería haberlo hecho. Está muy oscuro. Solo estamos Meowth y yo.

“Así que, ¿quieres un Pokémon fantasma?” Pregunta la voz.

Asiento con la cabeza.

A mis pies cae un cuchillo.

“Para poder dominar la muerte tienes que ser capaz de causarla sin sentir remordimientos.”

Agarro el cuchillo sin saber qué hacer, pero al mirar a Meowth, comprendo. Tomo a Meowth entre mis brazos y le clavo el cuchillo en el estómago, abriéndolo lentamente de un extremo a otro. Cuando termino, dejo el cadáver de mi viejo amigo en el suelo. Ya no tengo miedo, el horror ha pasado.

“Eso es demasiado fácil”, responde la voz. “Ese Meowth no era más que tu mascota. Para demostrar tu poder sobre la muerte tienes que matar a un ser más cercano a ti”.

Detrás de mí aparecen dos personas a las que conozco muy bien… Mis padres.

No, no… no puedo hacer eso. Me aterroriza solo pensarlo. Esto es lo peor del mundo.

“Ya no hay vuelta atrás, no tienes opción”.

Cojo el cuchillo y lentamente hago lo mismo que hice con Meowth. Ellos no se resisten. No gritan. No lloran. Solo me miran con un amor inmenso. Eso lo hace aún peor.

“Muy bien”, dice la voz. “Ahora eres un auténtico Amo de la Muerte”.

En la oscuridad aparece un Gengar, sé lo que tengo que hacer, tomo mi Pokéball y la lanzo hacia el Gengar.

Lo he conseguido, tengo el Pokémon Fantasma que he venido a buscar.

La oscuridad desaparece, y la voz habla por última vez:

“Eres muy valiente, solo una persona antes que tú pudo realizar con éxito este ritual”.

Sé que habla de Ágatha, la famosa entrenadora de tipo Fantasma de la Elite Cuatro.

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