Mastrea, una región por descubrir (I)

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La región de PokéMaster Edición Ámbar es testigo de numerosas aventuras, aquí la primera de ellas

26/04/2014 17:40
En Mastrea se concentran muchos candidatos a Campeón de la región, pero no todos son entrenadores. Periodistas, trabajadores, ojeadores... multitud de tipo de personas viven en sus ciudades, viajando de un lado a otro. Markh, el protagonista de la historia de hoy, tiene como objetivo conseguir cada una de las seis medallas típicas de la región, pero todavía es pronto para ello. Toda historia tiene un comienzo.

Pueblo Initia

En una mañana soleada, el profesor Hugonius pasea como todos los días por las cercanías del pueblo, entre los árboles del bosque. Su tarea matinal, encontrar Pokémon para compartirlos con nuevos entrenadores promesas, que empiezan sus andaduras en Mastrea.

Después de capturar unas cuantas especies, de camino al laboratorio se encuentra con un joven futuro entrenador, Markh.

+ Buenos días profesor ¿tiene ya mi Pokémon? ¿Lo tiene ya?

- Buenos días Markh. No son más que las diez de la mañana, ¿no te dije que vinieras a partir de las doce?

+ Lo se profesor, pero esto es muy importante para mí, ¡no podía esperar más!

- Ay, bendita juventud, cuánta energía. Ya tengo tu Pokémon, pero debes esperar a que realice varias comprobaciones. Pasa al laboratorio.

El profesor, gracias a sus máquinas punteras, comprueba el estado de salud de los Pokémon capturados, así como sus principales atributos. Uno de ellos destaca por encima de otros. Conoce varios ataques, y su nivel de Ataque está por encima de la media. Se trata de un joven pero poderoso Poochyena. Sin embargo, no es una especie autóctona de la zona, lo que llama la atención del profesor. El Pokémon se muestra asustado, y es bastante arisco. Por esas razones, el profesor llega a la conclusión de que ha sido abandonado por un entrenador, y acabó perdido en el bosque.

00Pokemaster

No obstante, Markh siente una curiosidad tremenda por Poochyena, y se acerca a él, momento en el que el Pokémon deja de estar asustado y salta sobre él. El profesor asustado intenta separarles, pero no le está atacando, más bien todo lo contrario. Algo reconoce en Markh que le hace un Pokémon feliz, quizás le confunde con su entrenador original. Al ver la escena, el profesor ya ha decidido.

- Creo que tengo claro cuál es el Pokémon más indicado para que te ayude en tu aventura. Si en alguna ocasión este Pokémon tuvo entrenador, es tarde para ello, creo que estará mejor a tu lado.

+ ¡Muchas gracias profesor! Es bastante más guay de lo que podría esperar. Cuidaré de él para siempre, incluso después de convertirme en campeón.

- No te vayas aún. Es mi deber como profesor entregarte tus primeros utensilios para hacer la aventura más llevadera. Toma estas PokéBall, este Mapa, y esta PokéD...

+ ¡Gracias profesor! Me voy ya, no puedo esperar más para empezar mi camino.

- ¡No tan rápido, espera! ¡Te dejas la PokéDex!

+ No me interesa profesor, solo quiero entrenar a mis propios Pokémon, ya habrá tiempo para conocerlos a todos. ¡Adiós!

Como una ráfaga de viento, Markh salió del laboratorio hacia su casa, recogiendo lo imprescindible, dejando atrás incluso una PokéDex. En su habitación, recogió su mochila ya preparada, y dio un último vistazo a su casa. Nadie le esperaba allí. Tras un último suspiro, cogió valor dispuesto a empezar su camino. Pero no llegaría muy lejos.

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