Creepypastas Pokémon (VIII)

Reportaje

Hypno's Lullaby

Página 2

23/03/2014 13:00
Paginas Planas Pokémaster

La letra en sí no me asustaba, era la voz que la cantaba la que me daba escalofríos. Busqué en Youtube y retrocedí hasta el vídeo de mayor antigüedad, ese debía ser el original. La descripción del vídeo estaba escrita en un idioma que no entendí, pensé que era alemán, pero al introducir el texto en el traductor no me dio ningún resultado. Lo mismo me ocurrió al intentarlo con otros idiomas. No parecía tener sentido. Mi búsqueda no parecía llevarme a ningún lugar, así que lo dejé de lado esperando que esos sueños vacíos desaparecieran.

No funcionó. Al día siguiente me encontraba pesada y somnolienta, varias personas de mi clase me preguntaron si me encontraba mal, pero no podía decir que me encontraba así por un vídeo de internet, era demasiado absurdo y se habrían burlado... En el recreo me encontré con un amigo que recordé siempre había jugado a los juegos de Pokémon, así que decidí hablar con él de lo que me preocupaba, aunque de forma indirecta.

-¿Conoces un vídeo que se llama Hypno's Lullaby?

- No me gustan los Hypno, tienen muy poca defensa, el video lo he visto, es ese que tiene la música de torre Lavanda ¿no?

- ¿La Torre Lavanda? – No me sonaba de nada.

- Sí, ¿no has jugado a Pokémon Rojo o Azul?

- Emm… No.

- Bueno en ese juego hay una torre llamada Lavanda y suena la misma melodía del vídeo, es una especie de cementerio Pokémon, es una parte genial del juego, es difícil porque hay fantasmas y...

No pude saber qué ocurría en la Torre Lavanda porque en ese momento me desmayé.

Al abrir los ojos mis compañeros de clase y mi profesora estaban a mi alrededor, asustados y preocupados. Me sentía aturdida, agotada y veía todo muy borroso. Las voces preocupadas de la gente me llegaban de muy lejos y apenas me sentía dentro de mi cuerpo cuando me llevaron al hospital. 

No supieron la causa de mi desmayo así que me enviaron a casa y me dijeron que necesitaba descansar. Estaba acostada en mi cama, tratando de dormir, pero no podía dejar de escuchar la melodía de Hypno. No era que estuviera pensando en ella, es que realmente resonaba dentro de mi cabeza. 

En algún momento debí dormirme, porque poco después desperté, o al menos eso creo. Estaba rodeada de oscuridad y acostada sobre algo muy duro. Me levanté y a mi alrededor no parecía haber nada más que roca. Una cueva. Estaba en una cueva.

Muy despacio, apoyándome en la pared para no caerme o perderme en la oscuridad, empecé a caminar. Tras un tiempo, que pudieron ser minutos u horas, vi a lo lejos una luz tenue. Tenía que ser la salida, así que me dirigí hacia allí. 

Al llegar al origen de la luz me encontré en un espacio abierto iluminado por la luz de una antorcha. La estancia estaba vacía salvo por el cuerpo de una niña, que yacía sentada en el suelo, atada y amordazada. Le quité la mordaza, pero aun así no dijo nada. Tenía la mirada perdida, como si estuviera drogada o... hipnotizada. 

La liberé de las cuerdas sin que hiciera ningún movimiento. 

- Tenemos que salir de aquí. 

No sabía qué era lo que ocurría, pero sí que debíamos irnos, y pronto. Agarré la antorcha que iluminaba la cueva y tomé a la niña de la mano. Me siguió sin oponer ninguna resitencia, sin preguntar y sin siqueira mostrar ninguna expresión. 

Caminamos durante mucho rato, los pasillos eran tan similares que habría jurado estar caminando en grandes círculos de no ser porque no volvimos a pasar por la primera cueva. Empezaba a desesperarme, me notaba la cabeza cada vez más pesada y la pequeña niña inexpresiva que caminaba a mi lado no contribuía a calmarme. 

De pronto escuché unos pasos detrás de nosotras. Al principio pensé que era el eco de nuestras propias pisadas, pero al detenerme comprobé que no, realmente alguien nos estaba siguiendo. 

Me di la vuelta, sabiendo ya lo que iba a encontrar. Hypno. Se parecía al Pokémon que había visto varias veces en la serie de anime, pero era mucho más terrorífico. Su pelaje se veía pálido bajo la luz de la antorcha, tenía unos ojos penetrantes e inteligentes, y en general era monstruoso, terrorífico a pesar de no ser mucho más alto que yo. Balanceaba lentamente un péndulo en su mano mientras avanzaba hacia nosotras. Sus ojos brillaban maliciosos, era incapaz de apartar la mirada de ellos mientras intentaba pensar si Hypno sería capaz de razonar o se guiaría únicamente por sus instintos más básicos. 

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