Creepypastas Pokémon (II)

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Prepárate para sumergirte en las historias más tenebrosas, sorprendentes e increíbles del mundo Pokémon gracias a esta nueva serie de artículos, parte 2

07/09/2013 01:00
Las creepypastas son historias ficticias de corta duración cuyo objetivo es asustar y perturbar al lector. Aunque no tienen base real, no son aptas para gente sensible. Si eres impresionable o te asustan las historias de terror, te recomiendo que dejes de leer. Esta historia no me pertenece, yo simplemente he editado el texto para mejorar su narrativa.

Esta es la historia de 151 cartuchos de 'Pokémon Rojo' que causaron un gran número de suicidios en Japón… Y tú, ¿quieres conocer el secreto de Mew?

Pokémon Rojo: Los 151 cartuchos malditos

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En Marzo de 1996, casi dos semanas después del lanzamiento de 'Pokémon Rojo y Verde', se registraron 104 muertes entre niños de 10 a 15 años. Todas esas muertes fueron suicidios. La mayoría de los niños saltaron desde áticos de edificios, o se colgaron. No obstante, hubo casos estremecedores de víctimas que empezaron a cortarse las extremidades, otros que saltaron a las vías de un tren en marcha, incluso algunos que se introdujeronel brazo por la garganta, ahogándose así con su propio puño.

Se cuentan con los dedos de una mano los casos de niños que pudieron salvarse. Éstos mostraban comportamientos muy extraños. A todos se les tenía que atar de brazos y pies para evitar que comenzasen a arrancarse los ojos de sus cuencas o a desgarrarse la carne. Y todos gritaban palabras en un extraño idioma irreconocible.

Dado que todos los casos de suicidio fueron de niños que recientemente habían adquirido sus ediciones de Pokémon, decidieron probar a entregarles una GameBoy. Al verla, se calmaban. Pero cuando la encendieron, los niños empezaron a chillar histéricos y a morderse la lengua al escuchar el tema de inicio. No se pudo hacer nada.

Los pocos que sobrevivieron, murieron por tragar demasiada sangre.

Las autoridades quisieron confirmar la sospecha de que los cartuchos de los niños fueran la causa inicial de tal comportamiento. Pero, ¿y los otros miles de niños que compraron el juego? No hubo más casos tras esas primeras semanas.

El detective Nagaraki Sataoba, que estaba a cargo del caso junto a su grupo, recogió todos los cartuchos de los fallecidos y los guardó como pruebas. Lo primero que hizo fue interrogar al creador de la franquicia, Satoshi Tajiri.

-Os aseguro que yo no me he involucrado en la programación del juego - respondió Tajiri, sorprendido por la información que le proporcionó Sataoba.

-Sí, he puesto un elemento secreto, pero no tiene nada que ver. Sígame.

Los detectives conocieron entonces a Takenori Oota, uno de loso programadores principales. Éste les aseguró que era imposible que un juego pudiera ser el causante de tantas muertes, y que probablemente se tratase de un caso de histeria colectiva. Lo que sí escuchó era un rumor que hablaba de un caso de unos niños que cayeron enfermos al escuchar la música de Pueblo Lavanda, pero que no era más que un rumor.

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