Creepypastas Pokémon (VI)

Pokemaster

Kangstan. Estaremos juntos siempre.

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17/12/2013 12:00
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A Kanghaskan se le considera uno de los Pokémon más maternales. El bebé Kangaskhan nace dentro de la bolsa de su madre y se alimenta de la leche materna para crecer de forma natural y ganar los nutrientes adecuados para su crecimiento.

Cuando el bebé crece demasiado para la bolsa, es cuando puede salir y comenzar a defenderse por sí mismo.

¿Pero qué pasa cuando la madre muere durante los primeros meses de vida del bebé?

El bebé no tiene músculos ni placas óseas como su madre para defenderse. Abandonado, el bebé espera cerca del cadáver de su madre, ahuyentando a los insectos y a los carroñeros, protegiendo su único hogar y fuente de comodidad. Conforme los músculos de la madre se pudren y ablandan, el bebé comienza a alimentarse del cuerpo, pero como no es la leche especial producida por la madre, el bebé nunca crecerá para ser del tamaño de un Kangaskhan adulto. Se mantiene vivo a duras penas alimentándose del cuerpo de su madre, mientras se va descomponiendo.

Cuando del cuerpo de la madre ya no quedan más huesos, el bebé toma un hueso para usarlo como arma y se coloca el cráneo de su madre en la cabeza a modo de casco. Al principio, el casco es muy grande y descansa sobre los hombros del bebé, pero cuando éste crece, su cráneo llena el espacio del casco. Así, el que una vez fue el feliz bebé de una madre Kangaskhan se transforma en Cubone, nada más que un huérfano desnutrido.

Los Cubone prefieren estar solos y lloran mirando hacia la luna, porque la textura de la luna le recuerda al que una vez fue un bebé Kangaskhan, la de la piel de su madre. Cuando un Cubone alcanza cierta edad, evoluciona en un Marowak, o lo que es lo mismo, el fantasma del Kangaskhan que nunca fue.

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